LA MISA. Su significado y raices

El cristianismo, en su esencia, tiene profundas raíces en el judaísmo. Para comprender esta relación, es esencial explorar cómo las tradiciones, creencias y prácticas judías influyeron en el surgimiento y desarrollo temprano del cristianismo.

El judaísmo y el cristianismo comparten una herencia histórica común en el antiguo Israel. Jesucristo y sus primeros seguidores eran judíos que vivían dentro del contexto religioso y cultural judío del siglo I d.C. El cristianismo primitivo emergió como un movimiento dentro del judaísmo, influenciado por las enseñanzas y la vida de Jesús de Nazaret, quien fue interpretado como el Mesías esperado en la tradición judía.

Las primeras comunidades cristianas continuaron practicando muchas costumbres judías, como la observancia del sábado (Shabat), la circuncisión y las fiestas judías. Sin embargo, con el tiempo, el cristianismo se separó del judaísmo rabínico, especialmente después de la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 d.C. Esta separación marcó el comienzo de la distinción entre judaísmo y cristianismo como religiones distintas.

El cristianismo heredó conceptos clave del judaísmo, como la ética basada en la ley moral y la idea de un Dios único y trascendente. La noción de un pacto entre Dios y su pueblo, que es fundamental en el judaísmo (pacto abrahámico, pacto mosaico), también influyó en el cristianismo, que interpretó a Jesús como el cumplimiento de estos pactos.

La teología cristiana temprana incorporó conceptos como el perdón de los pecados, la redención y la resurrección de los muertos, que se basaron en ideas y expectativas mesiánicas presentes en las Escrituras hebreas, especialmente en el pensamiento de la corriente farisaica o rabínica. Asimismo, la ética cristiana compartió valores morales centrales con el judaísmo, incluyendo la importancia de la justicia, la compasión y el amor al prójimo.

Culturalmente, el cristianismo preservó y adaptó elementos culturales judíos en su liturgia y prácticas religiosas. La liturgia cristiana, en particular la Misa, tiene paralelos con las prácticas ceremoniales judías. Por ejemplo, la estructura de la liturgia cristiana, centrada en la palabra (lecturas de las Escrituras) y en la Eucaristía (comunión), tiene raíces en las sinagogas judías y en la celebración de la Pascua.

Además, las primeras comunidades cristianas continuaron observando el sábado como día sagrado, aunque gradualmente se trasladó la observancia del sábado al domingo (el día de la resurrección de Cristo). Esta adaptación refleja una transformación cultural donde elementos judíos se reinterpretaron dentro de un contexto cristiano.

Liturgia de la Misa y Costumbres del Shabat

Un estudio comparativo entre la liturgia de la Misa y las costumbres del Shabat judío revela vínculos interesantes entre ambas tradiciones. Tanto la Misa como el Shabat son momentos de reunión comunitaria, reflexión espiritual y adoración. Ambas celebraciones incluyen lecturas de las Escrituras y rituales de bendición sobre el pan y el vino (en el caso de la Misa) o sobre el pan y las velas (en el caso del Shabat).

El Shabat es un día de descanso y adoración semanal en el judaísmo, donde la comunidad se reúne en la sinagoga para orar, estudiar las Escrituras y cantar himnos de alabanza.
 La Misa cristiana es también una reunión comunitaria semanal (o diaria en algunos casos) en la iglesia, donde los fieles se congregan para participar en la liturgia, escuchar lecturas de la Biblia, recibir enseñanzas y celebrar la Eucaristía.

 Durante el Shabat, se leen porciones de la Torá (los cinco primeros libros de la Biblia hebrea) y a menudo se comentan y discuten en la sinagoga.
En la Misa, se leen pasajes del Antiguo Testamento, los Evangelios y otras cartas del Nuevo Testamento. Estas lecturas son interpretadas y explicadas por el sacerdote.

En el Shabat se recitan bendiciones sobre el vino y el pan trenzado (jalá), simbolizando la santidad del día y la provisión de Dios.
Durante la Misa, se bendice y se consagra el pan (hostia) y el vino como símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo, en un rito místico llamado Transubstanciación .
Según el concepto católico, la Transubstanciación es el proceso mediante el cual, durante la celebración de la Misa, el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, conservando sin embargo las apariencias físicas del pan y del vino. Este concepto es fundamental en la doctrina católica sobre la Eucaristía y tiene sus raíces en las enseñanzas de Jesús y en la tradición apostólica.

La Transubstanciación se basa en las palabras de Jesús durante la Última Cena, donde instituyó el sacramento de la Eucaristía. Según el relato de los Evangelios (especialmente en Mateo 26:26-28, Marcos 14:22-24, Lucas 22:19-20 y 1 Corintios 11:23-25), Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y dijo a sus discípulos: "Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en memoria de mí". De igual manera, después de la cena, tomó la copa de vino, dio gracias y la entregó a sus discípulos diciendo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis en memoria de mí".

La Iglesia católica enseña que, por la invocación del sacerdote durante la Misa (también llamada consagración), el pan y el vino se convierten verdadera y substancialmente en el cuerpo y la sangre de Cristo. Esta transformación es conocida como transubstanciación, donde la sustancia del pan y del vino cambia en su realidad más profunda en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo, mientras que las apariencias físicas (aspecto, sabor, textura) continúan siendo las del pan y el vino.

Es importante destacar que la transubstanciación es un misterio de fe para los católicos y está relacionada con la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Esta doctrina subraya la importancia central de la Eucaristía como el sacramento mas sagrado, donde los fieles participan en el sacrificio redentor de Cristo y reciben su cuerpo y sangre como alimento espiritual para la vida eterna.

Esta enseñanza ha sido afirmada a lo largo de la historia de la Iglesia y es uno de los pilares fundamentales de la fe católica en relación con la celebración de la Misa y la adoración eucarística.

El Shabat y la Misa son dos recordatorios, el primero del pacto entre Dios y su pueblo y el segundo como renovación constante del sacrificio redentor de Cristo.

Estos actos y similitudes entre la celebración del Shabat judío y la Misa cristiana reflejan la riqueza de la herencia compartida entre el judaísmo y el cristianismo, así como las formas en que estas tradiciones se han desarrollado y adaptado a lo largo de la historia.

Comparacion de los Objetos Litúrgicos del Shabat Judío y de la Misa
Velas de Shabat (velas de candelabro): Se encienden al atardecer del viernes para marcar el comienzo del Shabat. Estas velas simbolizan la santidad y la luz espiritual del día de descanso.
Velas del Altar: Se encienden durante la celebración de la Misa, especialmente alrededor del altar y el tabernáculo, simbolizando la presencia de Cristo como la luz del mundo.

El "Mantelet" es un mantel especial de tela blanca que se utiliza en la mesa durante la cena de Shabat (viernes por la noche) y a veces también durante las comidas festivas. Tiene varias funciones de Purificación. protección y respeto.
Antes de colocar el pan (jalá) sobre la mesa, se extiende el Mantelet sobre ella. Esto simboliza la pureza y la santidad del momento de la cena ritual.
El corporal es un paño blanco rectangular utilizado en la liturgia católica durante la celebración de la Eucaristía. Su nombre proviene del latín "corporale", que significa "relativo al cuerpo", en referencia al cuerpo de Cristo presente en la Eucaristía.
Durante la Misa, el corporal se despliega sobre el altar, especialmente en el lugar donde se colocarán la patena (con la hostia) y el cáliz (con el vino).
El corporal sirve para recibir y cuidar las partículas consagradas de la hostia que pueden desprenderse o caer durante la fracción del pan (fracción de la hostia).
Después de la consagración, el sacerdote coloca sobre la patena y el cáliz el corporal para mantener la reverencia y el respeto hacia el Santísimo Sacramento.

Netilat yadaim: Es el ritual de lavado de manos que se hace en el Shabat durante antes de la comida y en otras festividades.
Lavado de las manos: El sacerdote antes de comenzar el rito de la consagracion, se lava los dedos de la mano, por un sentido higienico y tambien de purificacion por el agua.

Jalá (pan trenzado): Es un pan especial hecho con trenzas que se come durante el Shabat. Representa la provisión de Dios y la bendición del día sagrado.
Hostia (Ostensorio): La hostia consagrada se muestra y adora durante la Misa y en la exposición del Santísimo Sacramento fuera de la Misa.

Copa de Kidush (cáliz de vino): Se utiliza para recitar la bendición del vino (Kidush) durante la cena de Shabat. El vino simboliza la alegría y la celebración del día especial. 
El padre de familia eleva el vaso con el vino antes de la cena.
Cáliz y Patena: El cáliz contiene el vino que se consagra durante la Misa y la patena sostiene la hostia (pan ácimo) que se transforma en el cuerpo de Cristo durante la consagración. El sacerdote en el rito Catolico, agrega ademas unas gotas de agua, simbolo del agua salida del costado de Cristo en la Crucifixión, y tambien la union de la sacralidad y la humanidad de Cristo. 
El sacerdote eleva como ofrenda la Hostia y luego el Caliz como ofrenda.

Libro de Oraciones (Siddur): Contiene las oraciones y cánticos especiales para el Shabat, incluyendo las bendiciones sobre las velas, el vino y el pan, así como las lecturas de la Torá.
Misal y Leccionario: Contienen los textos litúrgicos, lecturas de la Biblia y oraciones utilizadas durante la Misa.

La principal diferencia radica en el significado teológico de los objetos:
En el Shabat, los objetos (velas, pan, vino) son símbolos de la creación y la bendición divina en el contexto del descanso sabático; en la Misa, los objetos (cáliz, patena, hostia) son utilizados en el contexto de la consagración eucarística, donde el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo.

La presencia real de Cristo en la Eucaristía es un elemento único de la liturgia católica que diferencia los objetos y su uso en la Misa de los del Shabat judío.

En resumen, las raíces del judaísmo ejercieron una profunda influencia en el cristianismo, tanto histórica como filosófica y culturalmente. Esta conexión es fundamental para comprender la relación entre estas dos tradiciones religiosas y puede iluminar aspectos importantes de sus prácticas litúrgicas y creencias fundamentales.


Felisindo Rodriguez
 11/05/2024


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