LA ESPERANZA HOY!!!!



"LA ESPERANZA HOY "
 Cómo repensar su significado en este tiempo 
por Felisindo Rodriguez


En el marco del *Año de la Esperanza* que celebra la Iglesia Católica, nos enfrentamos a una paradoja fascinante: mientras la Esperanza cristiana tradicionalmente ha mirado hacia la vida eterna, hoy vivimos en un mundo donde la expectativa de vida supera los *80 años* en muchos países, casi *50 años más* que en la época de San Pablo. ¿Cómo integrar esta realidad sin perder el sentido original de la esperanza? ¿Es posible hablar de una esperanza que abrace tanto el cielo como la tierra, lo espiritual y lo material?  

San Pablo, escribiendo a comunidades donde la muerte acechaba en cada esquina, centró su mensaje en una "esperanza escatológica": "Si hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solo para esta vida, somos los más dignos de lástima" (1 Corintios 15:19). Para él, la resurrección de Jesús era la garantía de que la muerte física no era el fin. Esta promesa de vida eterna consoló a generaciones que veían morir a sus seres queridos en plena juventud. La expectativa de vida en el siglo I en Corinto, era aproximadamente 35 años.

Pero hoy, cuando la ciencia y la medicina nos regalan décadas adicionales de vida, mas allá de que la muerte no respeta edades, no debería la Esperanza ampliar su mirada?  

Vivir más no siempre significa vivir mejor. La longevidad actual plantea desafíos urgentes, como muy bien nos plantea el Papa Francisco en "Dignitas Infinitas". Grandes temas que todavía nos agobian y que desearíamos cambiar.

Aborto, Eutanasia, Trata de personas, Violencia contra las mujeres, Guerras y conflictos armados, Pobreza extrema, Refugiados, Exclusión social, Trabajo infantil, Discriminación étnica, Desigualdad económica, Manipulación genética, Ideología de Genero, etc.

La esperanza concreta de un mundo mejor,  no es un "extra", sino un imperativo evangélico. Jesús alimentó a los hambrientos (Mateo 14:13-21) y sanó a los enfermos (Lucas 17:11-19). Si hoy vivimos más, la Iglesia está llamada a ser voz de los que claman por *vivienda digna, **sistemas de pensiones justos* y *acceso universal a la salud. Como dijo el Papa Francisco: "No podemos conformarnos con una esperanza de escritorio; hay que ensuciarse las manos" (Fratelli Tutti, 2020).  

 *La esperanza moral: Un compromiso con la dignidad*  

La esperanza también es moral. En un mundo donde la tecnología avanza más rápido que la ética, necesitamos:  

- *Esperanza en la fraternidad*: Rechazar discursos de odio y construir puentes en sociedades polarizadas.  

- *Esperanza en la verdad*: Defender la integridad frente a la posverdad y las fake news.  

- *Esperanza en la redención*: Creer que nadie está tan perdido como para no poder cambiar, como el hijo pródigo (Lucas 15:11-32).  

CONCLUSION
En este Año de la Esperanza, la Iglesia tiene la tarea de responder a una generación que vive más, pero no siempre con sentido, porque la esperanza cristiana no es un "o" lo uno "o" lo otro, sino un "y".
San Pablo nos enseñó a mirar al cielo, pero también nos recordó: "La fe actúa mediante el amor" (Gálatas 5:6). Si vivimos 50 años más que en el siglo I, esos años son una oportunidad para:  

1. "Transformar lo material": Luchar por un mundo donde nadie muera de hambre en una longevidad forzada.  

2. "Profundizar en lo espiritual": Usar el tiempo extra para cultivar la paz interior y la relación con Dios.  

3. "Renovar lo moral": Ser testigos de que otro mundo es posible, aquí y ahora.  

Oración final:  

"Señor, danos una esperanza que no tema soñar con el cielo, pero que tampoco ignore el grito de la tierra. Que nuestros años extras sean semillas de tu Reino.
 Amén."

18/03/2025


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